lunes, 21 de noviembre de 2016

Paula Modersohn-Becker. Precursora de la vanguardia artística alemana.



Paula Modersohn-Becker (Dresde, 8 de febrero de 1876 – Worpswede, 21 de noviembre de 1907) Pintora alemana. Una de las representantes más precoces del movimiento expresionista en su país. Hoy está considerada una precursora de la vanguardia artística alemana.

Las mujeres, no tenían aún acceso a las academias de las Bellas Artes de la época, por eso Paula se va a Berlín en 1896 con el fin de seguir durante seis semanas cursos de dibujo y pintura para la Asociación de los Artistas Berlineses (Verein der Berliner Künstlerinnen). La existencia de este tipo de asociaciones era una necesidad para las mujeres que tenían inclinaciones artísticas. 




Poco después, en 1889, Paula Becker reunió a artistas independientes en el pueblo de Worpswede, no lejos de Bremen cuyo cometido era el estudio de la pintura. Aspiraban a crear un espacio con, por y para la naturaleza, como antes hiciera Théodore Rousseau con la escuela de Barbizon. Como en Francia, el objetivo era doble: trabajar «au plein air», revolucionando así la técnica pictórica, y reflejar en su obra a la población campesina, que juzgaban de una pureza aún original y no corrompida por la civilización.




Worpswede fue una colonia de artistas que predicaba un retorno a la naturaleza y a los valores simples de la gente campesina. De allí surgieron destacados artistas del impresionismo y expresionismo alemanes


El círculo de artistas de Worpswede rechazaba el academicismo de la época y la pintura en los ateliers. Sus motivos los hallaban en la naturaleza; sus colores, en la pintura al aire libre.


Allí se casó con el paisajista Otto Modersohn.




Allí también conocería a Clara Westhoff, joven aspirante a escultora, con la que le uniría desde un principio una profunda amistad .Paula y Clara pasaron juntas un año en París, en agosto retornaron a Worspede, y luego pasaron juntas el invierno en Berlín. En cuanto a la relación entre ambas, una poesía de  Adrienne Rich alude a la misma




Pero los marjales de Worpswede fueron sólo el comienzo de la trayectoria artística de Modersohn-Becker. La falta de audacia de los pintores de Worpswede, la empujaron a usar inspiraciones exteriores y a efectuar repetidas estancias a París.




 



A pesar de poco menos de catorce años de creatividad artística, el legado de Modersohn-Becker abarca 750 pinturas, trece estampas y cerca de un millar de dibujos  plenos de poesía y fuerza experimental, que reúnen ya los aspectos esenciales del arte de comienzos del siglo XX.








Al principio de su carrera pinta muchos cuadros que póstumamente la harán famosa: sendas entre blancos abedules y abigarradas casas de campesinos, lodos y turberas, con altos cielos, paisajes con lunas desvanecidas y ocasos de sol.









Mas tarde, pinta madonas, campesinas y bebés regordetes sobre almohadas cuadriculadas, escenas con niños: muchachas de ojos grades y mirada perdida, gallinas y flores. También pinta autorretratos y grandes desnudos de sí misma, toda una revolución para la época





En 1906 parte por última vez hacia París. La separación definitiva de su esposo y de Worpswede parece ser una decisión irrevocable. Rainer Maria Rilke le compra un cuadro —uno de los únicos cinco que vendió en su vida— para alentarla a quedarse en París.







En París pinta sus cuadros más modernos: saturados de color, de una gran profundidad espiritual, obras pioneras de la pintura moderna. Pero su esposo logra llevarla consigo de vuelta a Worpswede. Paula está embarazada. La maternidad, anhelada durante mucho tiempo, se hace realidad. 


Tres semanas después del nacimiento de su hija, a la que llama Matilde, muere Paula Modersohn-Becker, el 20 de noviembre de 1907, apenas cumplidos los 31 años de edad, como consecuencia de una embolia de parto.




 Su estilo, particularmente único y original, es el fruto de múltiples influencias, a los confines de la tradición y de la modernidad.


 Su pintura presenta aspectos que mezclan el impresionismo de Cézanne o Gauguin, el cubismo de Picasso, el fauvismo, el arte japonés y el renacimiento alemán. La fuerza expresiva de su obra resume sólo los principales aspectos del arte a principios del siglo XX.