martes, 1 de diciembre de 2015

La Residencia de Señoritas.Mujeres Pioneras del Feminismo en España



La Residencia de Señoritas fomentó en 1915 la formación superior de la mujer. Ellas fueron las pioneras, las que descerrajaron las puertas de un mundo vetado a principios del siglo XX.





María de Maeztu Whitney aglutinó las fuerzas de las mujeres españolas que exigían una educación superior, allá por 1915. Fue ella, pedagoga, intelectual y luchadora incansable quien dirigió la Residencia de Señoritas desde 1915 hasta 1936, en el filo de la Guerra Civil.






Hermana del filósofo Ramiro de Maeztu, su madre, Juana Whitney, era hija de un diplomático inglés y ya había fundado una escuela femenina. María estudió Magisterio en la Escuela Normal de Vitoria y Filosofía y Letras en Salamanca. Amiga de Unamuno y discípula de Ortega y Gasset, se especializó en Pedagogía y pronto destacó por sus ideas reformistas en materia de educación femenina. Cuando la Junta de Ampliación de Estudios que gestionaba la Residencia de Estudiantes, decidió crear su equivalente femenino, no tuvo ninguna duda a la hora de nombrar a María de Maeztu como su directora y fundadora. Que no nos confunda en el nombre del centro pedagógico, el apocado término de señoritas. Las generaciones que pasaron por la Residencia de la calle Fortuny representaron la vanguardia de las mujeres ilustradas de tres décadas de nuestra historia.






Pedagogas como Juana Moreno, Carmen Castilla o Carmen Isern, científicas como María García Escalera o Cecilia García de Cosa, políticas como Victoria Kent o juristas como Matilde Huici, escritoras, políticas, filósofas o artistas como Carmen de Burgos, María Goyri, Isabel Oyarzábal, María Martínez Sierra, Clara Campoamor, Victoria Kent, Rosa Chacel, María Teresa León, Ernestina de Champourcín, Carmen Conde, Maruja Mallo, Ángeles Santos, María Zambrano, Carmen Gómez Escolar, María del Carmen Martínez Sancho,  Concha Méndez, Anita Gasset, Antonia Suau, Clara Campoamor, Elena Fortun, Zenobia Camprubi, María Moliner María Capdevila d’Oriola, Felisa Martín Bravo o Dorotea Barnés estuvieron vinculadas de una u otra manera a las  residentes y marcaron el rumbo de muchas universitarias que irrumpieron, aunque acompañadas por los profesores, en las aulas anteriormente reservadas a los varones.  




La onda expansiva de reivindicaciones feministas que representó la Residencia y sus incontables conferencias abiertas al público, fue calando en las mujeres españolas más avanzadas. Cierto que las modernas que se movían en torno a la Residencia procedían de clases medias ilustradas, con facilidades para el estudio, familias cultas, políticamente liberales y de tradición krausista. Muchas de ellas hablaban idiomas, habían viajado y estaban al tanto de las novedades internacionales.



María de Maeztu comprendió que la situación de inferioridad de las mujeres estaba vinculada a la falta de educación y a la carencia de perspectivas profesionales. En 1910 había en España un 70 por ciento de mujeres analfabetas. La Residencia pretendía formar a profesoras, a intelectuales y a científicas con el propósito de atender a la futura formación de todas las mujeres.
El movimiento pedagógico liderado por María de Maeztu sirvió de guía espiritual de una generación pionera y feminista que luchó para que las mujeres alcanzaran la enseñanza secundaria y universitaria. 




Para compartir experiencias comunes, innumerables profesoras extranjeras dieron conferencias invitadas por María de Maeztu. Marie Curie durmió en la Residencia femenina, aunque su ponencia fue en la Residencia de Estudiantes. Y Victoria Ocampo tuvo un gran éxito en una conferencia sobre Harlem. Pero a lo largo del tiempo, también poetas como Salinas, Lorca, Alberti, dieron sus recitales entre algarabía y algún escándalo. Ortega y Gasset, Bergamín, Zubiri, Maeztu, Baroja, Unamuno, fueron invitados habituales. La experiencia de la Residencia de señoritas dio lugar en el año 1926 a la creación del Lyceum Club, también de la mano de María de Maeztu , con su compromiso pedagógico con las mujeres siempre en activo.
Texto :Lourdes Ventura