viernes, 3 de abril de 2015

Maria Winkelmann-Kirch. La Primera Mujer que Descubrió un Cometa



Maria Margarethe Winkelmann-Kirch (Leipzig, 25 de febrero de 1670 - Berlín, 29 de diciembre de 1720) Astrónoma alemana. Maria Winkelmann-Kirch no fue solo la más importante y reconocida de las astrónomas de su época, sino que también fue la primera mujer que descubrió un cometa,el C/1702 H1, en 1702.

Además,como ayudante de su marido y después de su hijo, contribuyó al establecimiento de la Academia de las Ciencias de Berlín como mayor centro de astronomía.


Su padre era un ministro luterano que creía que las mujeres debían ser educadas de la misma manera que los hombres, algo bastante inusual en la época. Maria fue una afortunada y gracias a la actitud de su padre pudo ser educada en las artes y las letras, tanto por él como por su tío.

Maria mostró un interés temprano por la astronomía, por lo que se convirtió en estudiante, aprendiz y ayudante de Christopher Arnold, un astrónomo autodidacta que trabajaba como granjero en la ciudad de Sommerfeld. Esta situación era muy habitual en la Alemania del siglo XVII, en la que la práctica de la astronomía tenía lugar en buena medida fuera de las universidades. De hecho, en aquellos años, muchos de los grandes astrónomos no estudiaron en la universidad porque la astronomía se estudiaba mucho más cerca de la tradición artesanal que se desarrollaba dentro de los gremios y oficios que de las disciplinas académicas que se conocen en la actualidad.



A través de Christopher Arnold, Maria conoció a uno de los astrónomos más famosos del país, Gottfried Kirch. A pesar de que Kirch era treinta años mayor que Maria, ambos contrajeron matrimonio en 1692. De esta manera, Maria dejó el observatorio de Arnold para continuar su formación al lado de su esposo.

Maria y Gottfried se embarcaron conjuntamente en el estudio de la astronomía y la observación del firmamento y en el año 1700 se trasladaron a Berlín. Allí, Gottfried fue nombrado astrónomo oficial de la Academia de las Ciencias, lo que permitió a Maria trabajar, aunque fuera de manera no oficial pero sí reconocida, como su ayudante.





Durante su primera década en la Academia, Maria dedicó gran parte de su tiempo al estudio de los astros. De hecho convirtió en una costumbre el observar el firmamento cada noche a partir de las 21:00.

Utilizando sus observaciones de los cielos nocturnos, Maria y su marido realizaron cálculos astronómicos para calendarios y almanaques con información de las fases de la luna, la puesta de sol, los eclipses y la posición del Sol y otros planetas. Esta era la verdadera fuente de ingresos de la Academia, que obtenía más dinero de la venta de calendarios, ya que era un gran negocio, que de la asignación económica recibida por la corte real de Prusia. Esto significaba que, a pesar de que eruditos de otras ramas de la ciencia gozaban de un mayor prestigio intelectual, los astrónomos era un activo valioso.

A pesar de las decepciones que experimentó durante su carrera en la sombra, sus publicaciones le dieron cierto reconocimiento durante su vida y fueron una perdurable contribución a la astronomía. Entre ellas, sus observaciones acerca de la aurora boreal (en 1707) y dos opúsculos, uno sobre la conjunción del Sol con Saturno y Venus (en 1709) y otro sobre la predicción de un nuevo cometa (en 1711), fueron muy bien acogidos.


Maria Winkelmann solicitó un cargo de astrónomo asistente en la Academia de Berlín, para el cual estaba altamente cualificada. Por ser mujer ―y por lo tanto sin estudios universitarios― se le denegó el cargo. Los miembros de la Academia de Berlín temieron establecer el mal ejemplo de contratar a una mujer.