martes, 21 de abril de 2015

La Triple discriminación de las Mujeres Negras: Pobres,Mujeres y Negras.



El feminismo negro  explica  que la categoría género está entrelazada con las categorías raza, clase o nacionalidad. No se puede hablar de la discriminación de las mujeres sólo desde la categoría de género, es decir, por el sólo hecho de ser mujeres. Esta visión puede valer para la mujer blanca occidental de clase media, pero no para una gran parte de mujeres del mundo que por haber nacido en un lugar determinado, pertenecer a una raza, a una clase social o a una etnia, se encuentran discriminadas y subordinadas, además de por ser mujeres.


Fueron las mujeres afroamericanas de EEUU y las británicas las pioneras en el desarrollo del feminismo negro, y posteriormente América Latina se alimentó política y teóricamente de estas aportaciones, con sus características específicas.


Mujeres Negras en Estados Unidos:








El feminismo negro en los Estados Unidos nació  a finales de los años 60 del siglo XX.  Fue concebido como un movimiento político que denunciaba el predominio de una supremacía blanca y las prácticas patriarcales que se daban tanto en la sociedad norteamericana como en estos movimientos sociales. Consideró en su discurso las múltiples opresiones de las mujeres, en la que la raza, la clase, el género y la sexualidad eran variables interdependientes,

Las dos organizaciones más relevantes de las “mujeres de color” ,como así se hacían llamar, en los Estados Unidos, fueron la Organización Nacional de Feministas Negras en Nueva York, integrada por feministas afrodescendientes; y el Colectivo “Combahee River”, constituido por mujeres lesbianas y mujeres feministas, que abogaban por una política radical. 




Las Mujeres Negras en Gran Bretaña:


En Gran Bretaña se inició el movimiento de mujeres negras en los años 70, a través de una lucha anticolonialista y contra el racismo, la desigualdad de clase y las prácticas patriarcales. Entre las organizaciones que surgieron destacó la “Organization of women of Asian and African Descent”, primera organización nacional, y el grupo de Mujeres Negras de Brixton (AWAZ).

El concepto de “mujer negra” se convirtió en una identidad política estratégica para hacer frente a un racismo institucionalizado expresado en la violencia policial, en los servicios públicos y en los efectos de la migración que las colocaba en condiciones de desigualdades materiales, sociales y culturales.
 





Mujeres Negras de América Latina:


La visibilización del racismo en las sociedades latinoamericanas ha sido una tarea difícil que han tenido que asumir las organizaciones de mujeres afrodescendientes, pues, debido a la ideología del mestizaje, el racismo se asocia casi siempre a experiencias ligadas al aparthaid o a un segregacionismo como lo fue el caso de Estados Unidos y África del Sur, asumiendo que la situación de marginación y exclusión socio-económica que viven las poblaciones afrodescendientes e indígenas se debe más por su situación de clase que por el racismo mismo.

Las afrodescendientes latinoamericanas cuestionaron la visión de la separación de esfera pública y privada y de la concepción del trabajo de la teoría feminista, comprobándose la visión racista en el siguiente párrafo:

“Cuando hablamos del mito de la fragilidad femenina que justificación históricamente la protección paternalista de los hombres sobre las mujeres, ¿de qué mujeres se está hablando? Nosotras -las mujeres-negras- formamos parte de un contingente de mujeres, probablemente mayoritario, que nunca reconocieron en sí mismas este mito, porque nunca fueron tratadas como frágiles. Somos parte de un contingente de mujeres que trabajaron durante siglos como esclavas labrando la tierra o en las calles como vendedoras o prostitutas. Mujeres que no entendían nada cuando las feministas decían que las mujeres debían ganar las calles y trabajar. Somos parte de un contingente de mujeres con identidad de objeto. Ayer, al servicio de frágiles señoritas y de nobles señores tarados. Hoy, empleadas domésticas de las mujeres liberadas” (Carneiro, ).




(*)Los textos de autoras como Ángela Davis, Bell Hooks, Patricia Hill Collins, Hazel Carby o Avtar Brah y sus aportaciones deben ser de lectura obligada para comprender la lucha de las Mujeres Negras en sus distintos contextos.