martes, 18 de marzo de 2014

El Mito de Perséfone y la Primavera.




En la mitología griega, Perséfone es hija de Zeus y de Deméter. El mito cuenta que Perséfone estaba cogiendo flores inocentemente con algunas ninfas  en un campo en Enna cuando apareció Hades (*), el dios de los muertos, y la raptó para que fuese su reina en el inframundo.

Antorcha en mano, su afligida madre, Deméter, la buscó por todo el mundo, y al no encontrarla prohibió a la tierra seguir creciendo. Todo aquel año no creció una sola brizna de hierba, y los hombres habrían muerto de hambre si Zeus no hubiese persuadido a Hades de que dejase marchar a Perséfone.

Pero antes de permitirle marchar Hades le hizo comer la semilla de una granada, y que así no pudiese permanecer alejada para siempre. Por esto fue acordado que pasaría seis meses al año con su madre y los dioses del cielo, y el resto del año con él bajo la tierra.

Cuando Perséfone vuelve con su marido al infierno Démeter se desespera, y  las hojas se caen, la tierra no da frutos. Es el otoño . Y cuando Perséfone vuelve a la tierra en Primavera es cuando las flores florecen y la tierra se vuelve fértil de nuevo, debido a la alegría de su madre, Démeter.

Por eso se puede ver el Mito de Perséfone como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con el descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de estación. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, cuando Perséfone volvía a los infiernos, la tierra se convertía de nuevo en un erial estéril
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Para algunos autores este mito puede ser interpretado también como una alegoría de los rituales matrimoniales de los antiguos griegos, que sentían que el matrimonio era una especie de rapto de la novia de su familia por parte del novio, y este mito puede haber explicado los orígenes del ritual del matrimonio. La más popular explicación etiológica de las estaciones puede haber sido una interpretación posterior.

Perséfone también tiene otra faceta para  los griegos.  Era además la terrible Reina de los muertos, cuyo nombre no era seguro pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella».

En la Odisea, cuando Ulises viaja al Inframundo, alude a ella como «Reina de Hierro».

Los ritos iniciáticos secretos de regeneración de los misterios eleusinos prometían la inmortalidad a los participantes, una inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con los héroes bajo su terrorífica mirada.

Perséfone, como reina del Hades, sólo mostró clemencia una vez. Debido a que la música de Orfeo era tan arrebatadoramente triste, permitió que éste se llevase a su esposa, Eurídice, de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y él nunca intentase mirarla a la cara hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo accedió pero falló, al mirar atrás casi al final para asegurarse de que su esposa le seguía, y perdió a Eurídice para siempre

(*)En la mitología romana a Perséfone se la conoce como Proserpina y Hades es Plutón