martes, 17 de diciembre de 2013

Lena Mujina .La Ana Frank rusa


Lena Mujina .  Es la Ana Frank rusa. Con 16 años, escribió en una libreta de tapa dura marrón, en unas páginas que combinan la intimidad adolescente con el documento histórico, una descripción  directa y turbadora de las vivencias de la población rusa. El diario, escrito a mano e ilustrado con algunos dibujos, arranca el 22 de mayo de 1941, con las anotaciones usuales de una adolescente cualquiera sobre estudios, amistades y primeros amores en su vida cotidiana, hasta que las tropas alemanas cruzan  la frontera. Entonces  Lena da cuenta, en sus anotaciones, de las primeras disposiciones, la construcción de refugios, la instalación de antiaéreos. “La ciudad ha empezado a transformarse”. En su diario, Lena pasa de la excitación al hablar de las alarmas, los primeros combates aéreos sobre la ciudad, el tráfico de camiones militares y tanques por la Nevsky, a la preocupación ante la reducción de las cuotas de las cartillas de racionamiento. El cerco se estrecha. Mientras, sigue escribiendo de sus pequeños asuntos y grandes asuntos como la muerte de su madre. Anota dónde caen bombas, y el número de víctimas. El 8 de octubre, ayudando en un hospital, ve por primera vez un muerto. “No me dan nada de miedo los muertos pero se me caen las lágrimas de pena”. Lena Mujina nos ofrece el relato de un alma en la frontera del tiempo, que intenta sobrevivir a la tragedia de una ciudad y una época deshumanizadas, combinando una fe tan desesperada como romántica en el discurso oficial y la salvación de la Unión Soviética, con la observación de quien lucha, en medio del crudo invierno, por no perder la esperanza a pesar de la degradación de toda norma ética.  los bombardeos no fueron lo peor de aquellos 900 días que costaron a la actual San Petersburgo cerca de un millón de muertos, un número de vidas mayor que el que perdieron los británicos y los estadounidenses en toda la guerra. Lo peor fue el hambre, que en los momentos más duros del cerco por los nazis se cobraba hasta 10.000 muertes diarias. La gente se comía los cinturones y los guantes, y cosas peores: no pocos se volvieron caníbales. El 18 de diciembre  Lena anota que han matado y se han comido al gato. “Nunca pensé que la carne de gato sería tan sabrosa, tan tierna”. Da gracias a la mascota, “que nos dio de comer durante diez”.El descubrimiento del diario de Lena ha sido de gran ayuda para los historiadores por su  total sinceridad y claridad, porque no esconde sus sentimientos y emociones, su sufrimiento, su hambre, incluso sus reacciones egoístas de supervivencia. La gente a menudo se avergüenza de eso. Y ofrece muchos detalles. Es el único diario de una adolescente que muestra el asedio día a día.