lunes, 28 de octubre de 2013

Mujer y Brujería III. El Malleus Maleficarum,la Misoginia en estado puro



El libro  Malleus Maleficarum está dividido en tres secciones, cada una de las cuales plantea preguntas específicas y se propone responderlas a través de argumentos contrarios. Hay poco material original en el libro; es más que nada una recopilación de creencias y prácticas preexistentes con abundantes partes tomadas de obras anteriores tales como Directorium Inquisitorum (1376), de Nicolau Aymerich, o Formicarius (1435) de Johannes Nider.La Parte I buscaba probar que la brujería o hechicería existe. Detalla cómo el Demonio y sus seguidores, las brujas y hechiceros, perpetran una plétora de males «con el permiso de Dios Todopoderoso». Más que explicar esto como un castigo, tal como muchas autoridades eclesiales de la época hacían, los autores de este libro proclaman que Dios permite estos actos, con tal que el Diablo no gane poder ilimitado y destruya el mundo. Parte de esta sección explica por qué las mujeres, por su naturaleza más débil e intelecto inferior, son más propensas a la tentación de Satán que los hombres. El propio título del libro contiene la palabra maleficarum, la forma femenina del sustantivo, y los escritores declaran (incorrectamente) que la palabra femina (mujer) es una derivación de fe+minus, sin fe (o infiel, o desleal).La Parte II del Malleus Maleficarum describe las formas de brujería. Esta sección detalla cómo las brujas lanzan hechizos, y cómo sus acciones pueden ser prevenidas o remediadas. Un fuerte énfasis se le da al Pacto con el Diablo y la existencia de brujas es presentada como un hecho. Muchos de las informaciones del libro de hechizos, pactos, sacrificios y cópula con el Diablo fueron obtenidos (supuestamente) de juicios inquisitoriales llevados a cabo por Sprenger y Kramer.





La Parte III detalla los métodos para detectar, enjuiciar y sentenciar o destruir brujas. La tortura en la detección de brujas es vista como algo natural; si el brujo o bruja no confesaba voluntariamente su culpa, la tortura era aplicada como un incentivo para hacerlo. Los jueces eran instruidos para engañar al acusado de ser necesario, prometiendo misericordia por la confesión.Esta sección también habla de la confianza que se puede poner en los testimonios de los testigos y la necesidad de eliminar acusaciones maliciosas, pero también sostiene que el rumor público es suficiente para llevar a la persona a juicio y que una defensa demasiado vigorosa es evidencia de que el defensor está embrujado. Hay reglas acerca de cómo prevenir que las autoridades sean embrujadas y el consuelo de que, como representantes de Dios, los investigadores están protegidos de todos los poderes de las brujas. Tanto Kramer como Sprenger eran prolíficos escritores y parte del Malleus Maleficarum es un resumen de un exhaustivo manuscrito sobre brujería escrita por Kramer. Generalmente basado en la frase bíblica, «A los hechiceros no los dejarán con vida» (Éxodo 22:18), el libro también echa mano de obras de Aristóteles, la Biblia, Agustín de Hipona y Tomás de Aquino para respaldarse. El sexismo y la misoginia del libro es innegable: la creencia de los autores de que las mujeres eran criaturas inferiores, más débiles y fácilmente corruptibles está enfatizada a lo largo de toda la obra.La misoginia del libro se apoya en la de la tradición cristiana. A pesar de que es la primera vez que se establece un vínculo directo entre la mujer y la herejía de la brujería, para eso reúnen una serie de ideas ya existentes pero dispersas sobre la mujer que toman del Antiguo testamento y el Nuevo testamento, de la antigüedad clásica, de autores católicos medievales y de los padres de la Iglesia. Para el cristianismo la virginidad siempre fue un ideal y según el Malleus Maleficarum la mujer es peligrosa por su sexualidad a pesar de ser necesaria para la reproducción. Según el Malleus Maleficarum toda la brujería proviene del apetito carnal que en las mujeres es insaciable. La superstición se encuentra ante todo en las mujeres y la mayor cantidad de los brujos son del sexo frágil porque las mujeres son más crédulas, más propensas a la maliginidad y embusteras por naturaleza. El pecado que nació de la mujer destruye el alma al despojarla de la gracia y todos los reinos del mundo han sido derribados por mujeres. Una mujer es hermosa en apariencia, contamina al tacto y es mortífero vivir con ella. Existen tres vicios generales que tiene un especial dominio entre las mujeres: la infidelidad, la ambición y la lujuria.Tomado como un todo, el Malleus Maleficarum declara que algunas cosas confesadas por las brujas, tales como transformaciones en animales, eran meras ilusiones inducidas por el Demonio para atraparlas, mientras otros actos, como por ejemplo volar, causar tormentas y destruir plantaciones, eran reales.




 El libro habla detalladamente sobre los actos licenciosos y promiscuos cometidos por las brujas, su habilidad de crear impotencia sexual en los varones e incluso da espacio a la pregunta sobre si los demonios podrían ser los padres de los hijos de las brujas. El estilo narrativo es serio y completamente falto de humor: incluso los hechos más dudosos son presentados como información confiable. Por un lado están las brujas agresivas y por el otro lado están los varones amenazados en su capacidad de erección y de reproducción. Hay capítulos enteros dedicados a contar como las brujas les arrebatan su miembro viril a los varones. Con el Malleus Maleficarum es la primera vez en la historia que aparecen integrados en un mismo escrito la criminología, o sea, el origen del mal, con el derecho penal, es decir las manifestaciones del mal y la criminalística, o sea, los datos necesarios para descubrir el mal en la práctica. Es la primera vez en la historia que aparece en forma sistematizada una teoría sobre el origen del crimen, es decir, una etiología del crimen. Esta estructura discursiva que legitima la violencia del poder punitivo permanece sin grandes cambios hasta el presente, lo único que se va modificando en cada nueva generación son sus contenidos internos. En casi todas las masacres históricas en los estados policiales donde el derecho jurídico y las garantías constitucionales se pierden se reproduce la estructura discursiva heredada del Malleus Maleficarum. Desde la publicación del Malleus Maleficarum hasta nuestros días siguen apareciendo instrumentos discursivos inquisitoriales con idéntica estructura: se trata de una emergencia y, como es una amenaza extraordinaria que supone un riesgo para los cimientos de toda nuestra cultura y la humanidad entera, se deben tomar medidas extraordinarias para combatirla. La supuesta emergencia es una forma de legitimar el desenfreno del poder punitivo que eliminando al supuesto peligro, y a todos sus cómplices, logra verticalizar el poder social cada vez más, generando los cimientos de un estado de paranoia colectivo que le permite al poder ejercerlo sin frenos ni límites eliminando cualquiera opositor. Si alguien duda de que la acusada sea una bruja es porque está también poseído por Satanás. El resultado del discurso inquisitorial impuesto por el Malleus Maleficarum es que el temor a la supuesta emergencia es utilizado por el poder punitivo para eliminar cualquier obstáculo que se le presente. Cualquier persona que se oponga a ese poder punitivo será acusado de cómplice del mal, enemigo de la patria o un idiota útil a intereses foráneos y será condenado sin garantías ni derecho a la defensa.La estructura del discurso del Malleus Maleficarum es la siguiente:
1.Este crimen es el más grave de todos los conocidos hasta ahora y la frecuencia de las brujas es tan alarmante en la actualidad que estamos ante una emergencia que sólo podrá combatirse mediante una guerra.
2.Todo aquel que dude de la existencia de esta emergencia será considerado hereje, cómplice, hechicero.
3.Los inquisidores son infalibles y puros y los enemigos son inferiores.
4.La condena es prueba suficiente de culpabilidad.
5.Cualquier cosa que se salga de lo usual resultará sospechosa. Se garantiza la continuación de la masacre mediante la tortura que apunta a delatar cómplices que a su vez serán torturados para delatar. El resultado es que termina reduciéndose el poder jurídico o derecho jurídico a la coerción directa o derecho administrativo policial porque contra el Mal, contra el enemigo, todo vale y si se cometen excesos son perdonables en aras de ese objetivo superior a todo que es salvar a la humanidad.
Fuente:Wikipedia