viernes, 26 de julio de 2013

Toyo Shibata.Poeta japonesa

 

Toyo Shibata (Japón 1911 - 2013) Poeta japonesa. Un dolor de espalda obligó a Shibata a renunciar a su afición por la danza clásica japonesa, entonces, a la edad de 92, como sugerencia de su hijo, empezó a escribir poesía .

"Cuando mi primer poema fue publicado en un periódico, me sentí  muy, muy feliz. Les envié otro y  también lo publicaron. Así que seguí escribiendo".

Su primera  antología de poesía titulada "No te desanimes", publicada en 2009,  vendió más de  1,58 millones de copias .

Originalmente había sido una auto-publicación, pero al ver el éxito  la editorial Asuka Shinsha lo reeditó en 2010. Contiene 42 poemas. Sus poemas hablan sobre el amor y  los sueños que se aferran a la esperanza.

Cuando le preguntan de donde saca la inspiración, contesta: "Pienso en varias cosas: Recuerdos de mi pasado y de mi familia, mi vida actual. Me sumerjo en los recuerdos y escribo sobre ellos".
 


Uno de los textos más famosos es el titulado “Recoge el sol en tus manos”. "En otro poema con el título de "Secreto” Toyo Shibata  habla de que a pesar de 98, todavía tiene sueños “como montar en una nube".

Shibata murió  en un hogar de ancianos en Utsunomiya, al norte de Tokio. Tenía 101años.Había dicho de su éxito como poeta:” Ahora tengo un recuerdo para llevar al otro mundo y presumir allí ante  mi marido y mi madre”






“Mi nombre es Toyo Shibata. Tengo 101 años. A lo largo de mi vida he protagonizado momentos buenos y malos. He sufrido guerras, bombardeos y terremotos. He experimentado el miedo y en ocasiones he deseado morir debido al acoso, a la traición y a la simple tristeza. He sido madre. En la actualidad vivo sola y recibo a menudo la visita de mi hijo. Cuando se acerca la hora de su marcha pierdo el ánimo pero intento reconfortarme y me digo «sé fuerte, aún se puede recoger la luz del sol con las manos». Empecé a componer versos a los 92 años y me he dado cuenta de que a pesar de las dificultades existo gracias a mis recuerdos y a las personas que me han acompañado en este viaje. Aunque me pese la soledad cada mañana me pinto ligeramente los labios y me alegro de ver el sol a través de la ventana, otra vez…, y sonrío”.