jueves, 24 de enero de 2013

Roni Horn . Premio Joan Miró 2013


Roni Horn  (New York 1955)  Artista visual y escritora estadounidense. Su campo artístico se extiende desde la  escultura, el dibujo, la fotografía, el lenguaje hasta  las  instalaciones e intervenciones en la naturaleza. Horn obtuvo un  BFA en la  Rhode Island School of Design y un MFA en escultura de la Universid de Yale. Su primera exposición la hizo en 1980 en la Kunstraum Manchen, a las que le han seguido numerosas exposiciones más como:Documenta en 1992; Kunsthalle Basel en 1995; La Bienal de Venecia en 1997,  en el Dia Center for the Arts, New York, y Museu Serralves, Porto en 2001; en el  Centro Georges Pompidou de Paris en 2003; en el  Art Institute of Chicago en 2004;en el Whitney Museum of American Art de New York; en los Rencontres d'Arles festival,en  Francia en 2009  y en la Tate Modern de Londres también en el 2009. En 1998 recibió el premio CalArts/Alpert Award in the Arts. En 2013 se le ha concedido  el  Premio Joan Miró por un jurado internacional, que ha reconocido “su práctica artística polifacética e innovadora, capaz de conmover el público vinculando aspectos de la naturaleza, el paisaje, la cultura popular y otros temas asociados a lo material, con mecanismos de percepción y comunicación”. Anteriormente, el premio, que es bienal, recayó en Olafur Eliasson, Pipilotti Rist y Mona Hatoum.












Roni Horn está interesada por temas de género e identidad en relación a la condición andrógina y por la compleja relación entre objeto y sujeto en ámbito creativo, la artista ofrece al espectador una obra abierta que no impone un enfoque unívoco y se mantiene fluida y flexible, hasta el punto que se ha dicho que para Horn habría que inventar una meteorología de las imágenes y estudiar sus series científicamente como si fueran fenómenos atmosféricos con sus variaciones, perturbaciones, tempestades y anticiclones. Quizás tenga parte de responsabilidad en la peculiaridad de su aproximación artística el hecho de que viva parte del año en Islandia, un país que le ha aportado “una mirada que se complace en la dureza pero también en la simplicidad, en la contundencia pero también en lo etéreo, en lo absoluto y en la melancolía”, según Malet.