domingo, 19 de agosto de 2012

Louise Brooks



Louise Brooks (Cherryvale, 14 de noviembre de 1906 - Rochester, 8 de agosto de 1985) Actriz y escritora estadounidense que se convirtió en una de las caras más famosas del cine mudo.

Sus padres le inculcaron desde pequeña una gran pasión por los libros y la música. 

A los 9 años sufrió abusos sexuales y a los 14 años bebía alcohol

Se la conoce, principalmente, por sus papeles en películas mudas durante la última mitad de la década de los años 1920 en los Estados Unidos y, sobre todo, por tres películas realizadas en Europa entre los años 1929 y 1930.




En una carrera cinematográfica que comenzó en 1925 y terminó en 1938, hizo 24 películas, dos de las cuales han sido consideradas por la revista The New Yorker como obras maestras: La caja de Pandora y The Diary of a Lost Girl, ambas realizadas en Berlín por el director alemán Georg Wilhelm Pabst.

Louise Brooks comenzó su carrera en el mundo del espectáculo como bailarina en la compañía de danza moderna de la escuela de danza Denishaw, con Martha Graham, Ruth Saint Denis  y Ted Shaw, pero su tozudez provocó su marcha de la compañía. Bajo la protección de amigos influyentes, consiguió entrar como bailarina en las Ziegfeld Follies de Broadway donde pronto fue descubierta por la Paramount, los estudios cinematográficos para los que rodó la gran mayoría de sus películas estadounidenses. 




En 1925 actuó en su primer film, The Street Of Forgotten Men.

En 1928 empezaría a interpretar papeles de protagonista en diferentes comedias a lo largo de los años siguientes, una de las cuales, dirigida por Howard Hawks y titulada A Girl In Every Port, en el que hacía de vampiresa, le ayudó a empezar a ser conocida en Europa.

En 1928 trabaja en la que es considerada su mejor actuación en una película estadounidense, Beggars Of Life en la que interpreta a una chica de pueblo de quien han abusado sexualmente, que se escapa con dos vagabundos (Richard Arlen y Wallace Beery) que se encuentra en un tren. En aquel momento de su vida se movía en los círculos de la alta sociedad y era una convidada habitual en las fiestas de la mansión de William Randolph Hearst.

Cuando el cine sonoro entró en escena, y después de negarse a hacer una versión sonora de su película The Canary Murder Case, Brooks decidió marcharse a Europa para rodar bajo las órdenes del director expresionista alemán Georg Wilhelm Pabst.







En 1928,  en Alemania protagonizará la película de Pabst La caja de Pandora en la cual interpreta a Lulú, una vampiresa sexual que acaba siendo asesinada a manos de Jack el Destripador, tras arrastrar a todos sus amantes a la perdición. Esta fue la película que convirtió a Louise Brooks en un mito. El film es interesante por el moderno tratamiento que hace de la sexualidad, introduciendo por vez primera la aparición del lesbianismo en la pantalla.


En 1929 rodó el drama social Diary Of A Lost Girl y Prix de Beauté (1930), esta última rodada en Francia.

Las tres películas fueron severamente censuradas debido a que su contenido fue considerado demasiado “adulto” y al escándalo provocado por el tratamiento abierto de la sexualidad, además de su fuerte crítica social. Pasaron desapercibidas para el gran público porque en aquel momento se produjo la eclosión del cine sonoro, perdiendo el cine mudo rápidamente su atractivo.

Cuando decidió regresar a Hollywood, tras su aventura europea, se encontró con que los estudios la habían incluido en sus listas negras, así que no volvió a disfrutar del éxito que había tenido antes de marcharse a Europa.

 En 1938 se retiró definitivamente.




Escribió un libro titulado Lulú en Hollywood, en el que habla de Pabst y el rodaje y alude varias veces a Frank Wedekind.

En 1956 Brooks se trasladó a Rochester, (Nueva York), invitada por el George Eastman House, ahora el Museo Internacional de Fotografía, que conserva la mayor colección de sus películas Con su ayuda, comenzó una más que notoria y prestigiosa carrera como cronista de la época del cine mudo.

Su corte de cabello había creado estilo y muchas mujeres se cortaban el pelo imitándola. Es el rasgo más distintivo de su imagen, la cual inspiraría incluso personajes de historieta, como la célebre Valentina (1965).


Citas:
"Una estrella brilla por sí misma, pero muchas veces la soledad la condena".

"Todo actor siente una animosidad natural contra cualquier otro actor; presente o ausente, vivo o muerto".

"No hay otro trabajo que se pareciera más a la esclavitud que el de una estrella de cine".

"El gran arte del cine no consiste en el movimiento descriptivo de la cara y el cuerpo sino en los movimientos del pensamiento y el alma transmitidos en una especie de intenso aislamiento".